Jardinero.
Sergio y Luis, amigos, vecinos y compañeros de trabajo, conversaban amigablemente mientras tomaban café.
– ¿Te acuerdas de Juan? Sí, hombre, nuestro jardinero.
Luis no quiso parecer más despistado de lo que ya sabían todos que era y asintió levemente con la cabeza.
– Bueno, pues el otro día hablando con él me dijo que se jubila el año que viene, pero que igual tenía que pedir antes una baja porque dice que tiene despistes que le preocupan. Parece ser que cuando viene a nuestra urbanización poda una maceta, justo la que está a la izquierda de tu puerta, y que cuando vuelve a los 4 días la maceta vuelve a estar sin podar. Qué raro, ¿verdad?
Cuando Luis llegó a casa llamó exaltado a su mujer.
– ¡Cariño! ¿te acuerdas de la maceta que cambiamos cada 4 días porque creemos que se la come el perro? Pues resulta que tenemos jardinero y lo estamos volviendo loco.